Lanzamiento de SGE, la búsqueda generativa de Google
Cuando la Experiencia Generativa de Búsqueda de Google (SGE, por sus siglas en inglés) no se lanzó a finales de 2023 como habían prometido, hubo muchos sorprendidos. ¿Habría algún problema?, ¿querrían madurar más su producto?.
Después de casi cuatro meses, Google ha dado un paso adelante al incluir resultados de SGE en su buscador. Esta inclusión se está probando de manera limitada con usuarios seleccionados en EE. UU., con el fin de recopilar comentarios y mejorar el producto.
¿Podríamos ver una integración de la IA en el motor de búsqueda actual en lugar de avanzar con dos productos diferentes como era la idea original?
Google dispone de una gran masa crítica de usuarios en su buscador con una cuota de mercado, por encima del 90%. Pero no ha conseguido lo mismo con Gemini, su solución de IA que utiliza SGE y donde tiene una feraz competencia, empezando por OpenAI (ChatGPT) y siguiendo con otros grandes de la industria como Amazon o X con sus propias soluciones. Mover esa masa de usuarios de un producto a otro, que aún no ha demostrado la calidad suficiente, podría poner en riesgo el liderato que lleva 20 años ostentando.
¿Por qué aún no se ha lanzado SGE?
Quizá la respuesta más adecuada sea porque no es capaz de mejorar la experiencia de los usuarios frente a su hermano mayor, el buscador tradicional. Los resultados de SGE dejan mucho que desear y así se ha visto en los cientos de análisis y estudios realizados por las personas que llevan más de un año probando la beta cerrada de esta herramienta.
Entre los problemas más destacados a los que se enfrenta SGE, me gustaría profundizar en dos que afectan realmente a la calidad de sus resultados:
Falta de comprensión de la intención. Google es realmente bueno en detectar la intención de una consulta. Simplemente observa en qué hacen clic la mayoría de las personas para una consulta determinada y ajusta los resultados de búsqueda en consecuencia. Tiene en cuenta aspectos como el historial de búsqueda o la geolocalización, sin embargo en SGE es complejo que la IA pueda utilizar este tipo de parámetros para personalizar y adaptar la respuesta a esa intención de búsqueda. Los resultados tienden a ser más genéricos y por ende, menos alineados con lo que el usuario busca. SGE cubre perfectamente las consultas informativas, pero en el resto tiene (de momento) más limitantes.
Falta de comprensión de la autoridad. El valor principal de Google, que lo ha diferenciado de otros motores de búsqueda durante todos estos años, ha sido su capacidad para discernir qué sitios y páginas merecían posicionar para una consulta. Ofrecía resultados de calidad a las búsquedas de los usuarios. Originalmente esto se hacía principalmente con señales asociadas a los enlaces, pero con el tiempo Google ha desarrollado medios cada vez más sofisticados para determinar la autoridad y credibilidad de una página web. Sin embargo, SGE parece enfocar los resultados de otra manera y lo podemos constatar a través de este estudio donde señalan que el 65% de los resultados de SGE se nutren de páginas fuera del TOP10.
SGE es útil donde ChatGPT y otros modelos de IA generativa han destacado: en resumir y sintetizar información. En búsquedas donde necesitamos un aporte de calidad y valor, es donde flojea. Estaremos atentos a su evolución.