¿Quién soy?
Soy Jorge J. Rolo y llevo más de una década dedicado al SEO. Actualmente, compagino mi posición de SEO Manager en Flat 101 con proyectos propios y clientes como consultor freelance. Aunque mi formación es en Finanzas y Contabilidad, pronto orienté mi carrera hacia el mundo de los negocios digítales, combinando SEO técnico, UX y conversión. Me he especializado a través de másteres en Webpositer, formación técnica en Asdrubal y estudios en IA, y actualmente dedico mucho tiempo a entender cómo la inteligencia artificial está redefiniendo la forma de buscar de los usuarios y esta nos puede ayudar a mejorar nuestros procesos en el día a día.
Web personal: https://jorgejrolo.com/
📍 Cargo actual
Actualmente trabajo como SEO Manager en Flat 101, una de las agencias digitales de referencia en España, especializada en mejorar la conversión y el rendimiento digital. Desde mi posición, combino la parte estratégica y de gestión con un enfoque más técnico e innovador, liderando proyectos SEO de gran envergadura y complejidad, tanto a nivel nacional como internacional.
Paralelamente, sigo desarrollando proyectos propios y gestionando clientes freelance, lo que me permite mantenerme muy conectado a las realidades del canal desde distintas perspectivas.
🚀 Trayectoria y Experiencia
¿Cómo empezaste en el mundo del SEO y qué momento o proyecto marcó un antes y un después en tu carrera?
Empecé en el SEO casi sin darme cuenta. Al principio me dedicaba a crear webs para mí y algunos conocidos entre amigos y familiares, todo esto sin cobrar, poco a poco me iban encargando más y más webs, hasta que me atreví a cobrar por primera vez y ví que en algún momento podría vivir de ello. Sin embargo, las webs que hacía quedaban en la nada, semi muertas en el cementerio de Google, siendo vistas por un puñado de usuarios entre familiares y amigos y poco a poco fui descubriendo que se podía captar tráfico orgánico sin invertir únicamente en anuncio de pago y no sólo eso sino que había determinadas acciones que favorecían a salir más arriba en los resultados de Google u otros buscadores. Ahí fue cuando empecé a obsesionarme y a interesarme por cómo funcionaban los buscadores y ya no hubo marcha atrás. El SEO me enganchó porque reunía todo lo que me gustaba: entender al usuario, trabajar con datos y encontrar palancas de crecimiento que realmente impactaran en el negocio. Me metí en todas las plataformas que había por aquellos momentos como Team Platino o Quondos y fue cuando mi vida cambió por completo.
Si tuviera que señalar un punto de inflexión, diría que fue cuando empecé a trabajar con grandes marcas en entornos muy complejos. Proyectos donde no vale con saber SEO, sino que tienes que saber explicarlo, justificarlo y adaptarlo a estructuras, timings y prioridades de negocio reales. Ahí entendí que el SEO no va solo de posicionar, sino de generar impacto. Ese cambio de chip fue clave en mi carrera.
Más allá de un gran desafío, ¿cuál ha sido el aprendizaje más sorprendente que has obtenido de un proyecto SEO?
Uno de los aprendizajes más valiosos que me ha dado el SEO es que tener razón no siempre basta. Puedes tener una propuesta técnicamente que sea impecable, con datos que la respalden y un potencial de impacto enorme, pero si no sabes comunicarla, adaptarla al contexto del cliente o al momento del negocio, es como si no existiera.
Con el tiempo aprendí que el SEO no va solo de saber mucho, sino de saber escuchar, interpretar prioridades y construir confianza. A veces el mayor reto no está en optimizar la arquitectura web o mejorar el crawl budget, sino en alinear expectativas, negociar tiempos y convencer a otras áreas de que el canal orgánico puede marcar la diferencia si se le da el tiempo y el espacio que necesita.
🎯 Estrategia SEO
En la actual era de la IA generativa, ¿cómo ha evolucionado tu proceso para desarrollar una estrategia SEO que realmente funcione y destaque?
La llegada de la Inteligencia Artificial generativa no ha cambiado la base del SEO, el SEO sigue más vivo que nunca aunque muchos se empeñen en matarlo una y otra vez, pero sí cómo llegamos a las soluciones. Antes, el análisis era más manual, más artesanal. Ahora, herramientas como los LLMs nos permiten acelerar procesos, generar hipótesis más rápido y analizar nuevas formas de estructurar la información para usuarios y buscadores.
A nivel estratégico, tanto en Flat 101, como a nivel personal para mis clientes y proyectos propios, he integrado la optimización para buscadores generativos (como Google SGE, Perplexity, ChatGPT o Gemini) como una capa más dentro del planteamiento de la estrategia SEO. Ya no se trata solo de rankear en el buscador tradicional, sino de entender cómo funciona la respuesta generativa, cómo se nutre de las fuentes y cómo podemos estar presentes en esos entornos conversacionales.
Eso sí, la IA es una ayuda, no un atajo. Lo que más ha evolucionado en el proceso es la capacidad de síntesis y foco: ser capaz de separar el ruido de lo que realmente importa. El objetivo sigue siendo el mismo: aportar valor, responder mejor que nadie y que el usuario nos elija. Solo que ahora jugamos con reglas nuevas y con muchas más oportunidades si sabemos cómo y dónde mirar.
En un escenario donde Google se enfoca cada vez más en la experiencia de usuario, ¿cómo priorizas la intención del usuario sin descuidar los requisitos técnicos?
Para mí, la intención del usuario es el punto de partida de cualquier estrategia SEO. Si no entiendes lo que la persona realmente busca y no hablo solo de palabras clave, sino de contexto, momento y necesidad, es imposible ofrecer una solución que sea realmente relevante para el usuario. Pero eso no significa dejar de lado lo técnico. De hecho, cuanto más clara es la intención, más afinada debe estar toda la parte técnica para que la experiencia sea fluida, rápida y útil.
Lo que hago es trabajar desde una lógica dual: primero entender bien qué espera el usuario (qué tipo de contenido, en qué formato, con qué profundidad), y luego asegurar que la estructura técnica lo permite: buena arquitectura, rendimiento, rastreabilidad, datos estructurados, etc. No se trata de elegir entre UX o SEO técnico, sino de hacer que se potencien mutuamente.
Al final, la capa técnica es invisible cuando funciona bien, y eso es clave: que no se note, pero que lo sostenga todo. Y eso solo se consigue si tienes una visión clara desde el principio.
En el SEO moderno, la colaboración es clave. ¿Cómo fomentas la sinergia entre los equipos de contenido, desarrollo y marketing para lograr objetivos comunes?
En SEO nunca trabajamos solos, y cuanto antes lo entiendes, mejor te va. Para mí, la clave está en hablar el mismo idioma de cada equipo. No puedes llegar al equipo de contenidos con un análisis de logs ni pedirle al equipo de desarrollo cambios sin contexto o sin entender su roadmap. Hay que traducir el SEO al valor real para cada área: en contenido, cómo mejorar la visibilidad y llegar mejor al usuario; en desarrollo, cómo hacer la web más eficiente y sostenible; en marketing, cómo alinear el canal orgánico con campañas y objetivos de marca.
En mi caso intento fomentar esa sinergia desde la base: compartiendo datos relevantes para cada equipo, siendo transparente con los objetivos y, sobre todo, involucrando a todos desde el principio. Cuando ven que el SEO no es “lo de después”, sino algo que suma desde el diseño de la estrategia, todo fluye mucho mejor.
Y algo fundamental: tener cintura. Saber cuándo apretar y cuándo adaptarse. La colaboración no es imponer, es construir juntos.
📈 Tendencias y Futuro del SEO
¿Qué tendencias SEO crees que dominarán el panorama en los próximos años?
Desde mi opinión, creo que vamos hacia un SEO menos centrado en el ranking y más enfocado en la visibilidad útil. Con la evolución de los buscadores generativos, ya no se trata solo de estar primero, sino de estar presente en el momento y formato adecuados: en una respuesta de IA, en una entidad destacada, en un resultado enriquecido o incluso fuera del propio buscador.
Otra tendencia clara es la necesidad de entender y optimizar para sistemas que no funcionan como Google tradicionalmente: motores como Perplexity, ChatGPT o Gemini están cambiando cómo se accede a la información. Y ahí, el trabajo con datos estructurados, embeddings, arquitectura semántica y contenido de valor va a marcar la diferencia.
Además, veo un crecimiento en los procesos de automatización: no se trata de hacer más por hacer, sino de liberar tiempo para pensar mejor, detectar oportunidades y centrarte en lo que de verdad mueve la aguja. Y, por supuesto, el SEO cada vez más conectado con UX, CRO y negocio. Lo llamen SXO o no, esa integración ya es innegociable.
¿Cómo crees que la IA está cambiando el SEO?
La IA no va a matar al SEO, simplemente lo está redefiniendo. Ha cambiado la forma en la que se genera, consume y distribuye la información, y eso nos obliga a repensar cómo trabajamos el canal orgánico. Antes el foco estaba en optimizar para un buscador con una lógica muy concreta; ahora tenemos que optimizar también para sistemas que generan respuestas, como SGE, ChatGPT o Perplexity, que funcionan con otras reglas, pero se alimentan de nuestras webs.
Esto abre un nuevo terreno: lo que muchos llamamos AIO (AI Optimization), que consiste en entender cómo la IA interpreta, resume y prioriza los contenidos, y cómo podemos adaptarnos para tener visibilidad en esos entornos. Aquí entran en juego aspectos como la semántica, la autoridad real del dominio, la calidad de las fuentes, o incluso el tono y la estructura del contenido.
Además, a nivel interno, la IA nos permite automatizar tareas pesadas, analizar grandes volúmenes de datos más rápido y generar hipótesis más potentes. Pero hay que usarla con criterio: no para producir más, sino para pensar mejor y tomar decisiones más inteligentes.
¿Qué habilidades crees que serán esenciales para los profesionales SEO en el futuro?
Tal y como evoluciona el sector, una rápida capacidad de adaptación a los nuevos entornos, el pensamiento crítico y la conexión con el negocio. El SEO ya no es solo para quien sabe de meta etiquetas o sitemaps; hace falta gente que entienda cómo se mueve el mercado, cómo evoluciona el comportamiento del usuario y cómo traducir todo eso en estrategias que funcionen.
También va a ser clave entender de datos, no sólo en términos de métricas SEO, sino de saber cruzar información, analizar patrones y tomar decisiones con base en evidencias, no en suposiciones. Y, por supuesto, todo lo relacionado con la IA: no para volverse un ingeniero, pero sí para saber cómo aprovecharla, cómo impacta en la búsqueda y cómo integrarla en el día a día sin perder foco.
Y algo que no cambia, pero cada vez se nota más cuando falta: saber comunicar bien. Al final, da igual lo que sepas si no eres capaz de explicarlo, venderlo internamente y generar confianza en otros equipos.
Con la llegada de las respuestas de inteligencia artificial a nivel global, ¿cómo crees que cambiará el comportamiento del usuario en los resultados de búsqueda y cómo deberían prepararse las empresas para ello?
El comportamiento del usuario ya está cambiando. Cada vez más personas obtienen respuestas sin necesidad de hacer clic, y con la llegada de buscadores generativos como Google SGE, Perplexity o ChatGPT, este fenómeno se va a acelerar. Eso implica que el clic deja de ser el único objetivo, y cobra más importancia estar presente en la respuesta, ser citado como fuente o generar confianza desde el primer impacto.
Las empresas deben empezar a entender que la visibilidad no siempre será un click en un enlace, y que su contenido puede influir en la decisión del usuario incluso sin una visita directa. Eso cambia el enfoque: hay que trabajar mejor la autoridad, el contenido de alta calidad, la marca y la estructura de la información, no solo para el ranking tradicional, sino para que la IA lo elija como referencia.
Prepararse pasa por invertir en SEO estratégico y semántico, mejorar la calidad real del contenido, y entender cómo funcionan estos sistemas: qué fuentes usan, qué tipo de contenido valoran y cómo presentar la información para estar ahí y que las IAs nos citen.
El SEO no desaparece, pero sí evoluciona. Y las empresas que lo entiendan antes tendrán una ventaja muy clara.
¿Cuál es tu postura sobre el uso de la IA generativa para la creación de contenido SEO? ¿Ves más oportunidades o riesgos, y qué buenas prácticas recomiendas?
La IA generativa es una herramienta muy potente, eso queda más que claro, pero como cualquier herramienta, depende de cómo se use. Puede acelerar procesos, ayudarte a estructurar contenidos, generar ideas o incluso producir versiones iniciales. Pero si se usa sin criterio, lo único que genera es más ruido y contenido genérico que no aporta nada.
Para mí, la oportunidad está más bien en usarla como copiloto, no como un sustituto. Que te ayude a escalar sin perder calidad, a investigar más rápido o a adaptar contenido a diferentes intenciones o formatos. Pero el control creativo y estratégico debe seguir siendo humano. Si todos usamos los mismos prompts, los mismos modelos y los mismos enfoques, acabaremos compitiendo con contenido clonado.
Las buenas prácticas que recomendaría son las siguiente:
– Supervisar y editar siempre el output de la IA.
– Aportar contexto humano y diferencial que la máquina no conoce.
– Y sobre todo, usar la IA para potenciar el pensamiento, no para sustituirlo.
En resumen, veo más oportunidades que riesgos, pero solo si se usa con cabeza y sin perder de vista lo que el usuario y no la herramienta necesita.
Más allá de la creación de contenido, ¿de qué otras formas la IA está transformando el día a día de un profesional SEO (análisis, investigación de palabras clave, automatización)?
La IA está transformando el SEO mucho más allá de la creación de contenido. En mi día a día, la utilizo sobre todo para automatizar procesos repetitivos, cruzar grandes volúmenes de datos más rápido y generar insights que antes me llevaban horas o días.
Por ejemplo, en la investigación de palabras clave, uso modelos generativos para expandir temáticas, detectar patrones de intención o agrupar queries semánticamente sin depender sólo del típico volumen/competencia. También en análisis de logs, segmentación de páginas, detección de canibalizaciones o agrupación por clusters, la IA ayuda a ver estructuras que antes costaba mucho identificar.
Otra parte clave es la automatización de procesos: generación de redirecciones masivas, detección de errores técnicos, scraping de datos para análisis de competencia… Todo eso se puede escalar si sabes usar bien modelos de lenguaje o integrarlos en flujos con scripts y APIs.
Y quizás lo más importante: te libera tiempo para pensar, que es lo que de verdad aporta valor. Porque la IA no te da respuestas mágicas, pero sí te permite llegar antes a las preguntas correctas.
Los últimos 'updates' de Google han sido particularmente volátiles. ¿Cómo gestionas la incertidumbre y la necesidad de adaptación constante en las estrategias SEO de tus clientes?
Los updates de Google siempre han formado parte del juego, y más ahora, con actualizaciones mucho más frecuentes que antes, menos transparencia y con un impacto que muchas veces no es inmediato ni lineal. Para mí, la clave está en tener una estrategia sólida de base, no reactiva. Cuando trabajas bien la arquitectura, la intención de búsqueda, el contenido útil y la experiencia del usuario, estás mucho mejor preparado para resistir (o incluso aprovechar) los cambios de algoritmo.
Lo que sí ha cambiado es la forma de comunicar con los clientes. Ahora dedico más tiempo a explicar el contexto, a poner en valor lo que se está haciendo y a distinguir entre ruido y señales reales. También intento que vean el SEO como una carrera a largo plazo (siempre pongo de ejemplo, que el SEO es como una maratón), donde no todo depende de lo que haga Google esta semana, sino de cómo construyes valor sostenido en el tiempo.
Y algo es clave para mí es saber monitorizar sin obsesionarse. Tener sistemas de alertas, análisis por segmentos y revisión continua del rendimiento, pero sin entrar en modo pánico en cada bajada o cambio de tendencia. La adaptación constante es parte del juego, y tener un marco claro te permite moverte sin perder el norte.
Con la creciente importancia de la 'calidad' y la 'utilidad' del contenido, ¿cómo mides y optimizas para estos factores que son más subjetivos, pero cada vez más cruciales para Google?
Hablar de calidad y utilidad suena subjetivo, pero con el tiempo he aprendido a aterrizar esos conceptos en señales concretas. Para mí, un contenido de calidad es aquel que responde bien a la intención de búsqueda, aporta algo diferencial respecto a lo que ya existe y está bien estructurado para que el usuario lo entienda y lo use sin fricción.
En mi caso lo que hago es analizar cómo se comportan los usuarios: profundidad del scroll , interacciones con los diferentes elementos, tiempo real de lectura y permanencia en página, CTR desde resultados enriquecidos o si ese contenido está generando tráfico indirecto desde otras URLs o canales. También analizo a la competencia con lupa: si todos repiten lo mismo y hay un patrón en común, tienes una oportunidad clara de destacar aportando un enfoque nuevo o más útil.
A la hora de optimizar, no me quedo solo en el texto. Trabajo también el formato, el tono, la profundidad, la autoridad de las fuentes y la experiencia en la navegación. Todo suma. Y como no hay fórmula mágica, algo que me encanta aplicar es: hablar con el cliente, con soporte, con comercial… para detectar qué tipo de preguntas reales tiene la audiencia. Porque si ayudas de verdad, es muy difícil que Google no te acabe premiando.
🛠️ Técnicas y Herramientas
¿Cuáles son tus herramientas SEO favoritas y por qué?
Sin duda alguna, Screaming Frog es clave para mí a la hora de hacer SEO. Es versátil, rápida y te permite entender a fondo cómo está estructurado un sitio web, detectar errores y tomar decisiones técnicas con criterio. Google Search Console sería la segunda imprescindible: es la fuente de verdad en cuanto al rendimiento orgánico y, si sabes segmentar y leer entre líneas, te da más insights de los que parece. Y si tuviera que quedarme con una tercera, sería Ahrefs: muy útil para analizar la competencia, entender perfiles de enlaces y detectar oportunidades de contenido.
Con esas tres herramientas bien utilizadas, puedes abordar cualquier proyecto SEO de forma profesional y completa. Todo lo demás suma, pero lo esencial está ahí.
Más allá de los Core Web Vitals tradicionales, ¿qué métricas de rendimiento técnico consideras emergentes o subestimadas para el éxito SEO, especialmente con la mirada puesta en el futuro de la web?
Las Core Web Vitals ya son el must-have en cuanto a métricas de rendimiento, sin embargo hay otras métricas que están ganando peso y que muchas veces pasan desapercibidas, pero que tienen un impacto real en la experiencia de usuario y en la indexación.
Una de ellas es el Time to First Byte (TTFB), que aunque no sea parte oficial de las CWV, condiciona todo lo que viene después. Si la respuesta del servidor es lenta, da igual lo bien que tengas el LCP o el INP. Es una métrica que uso mucho para detectar cuellos de botella a nivel backend o CDN.
También prestó mucha atención a la estabilidad de los recursos críticos: que no haya bloqueos de renderizado, dependencias JS innecesarias o recursos cargados fuera de orden. Todo lo que ralentiza el first meaningful paint o la renderización del contenido principal, afecta a la percepción de calidad y también al rastreo.
Y mirando al futuro, me interesa cada vez más todo lo relacionado con carga progresiva: cómo servimos contenido según contexto, dispositivo o intención. No es solo performance, es estrategia de entrega.
Además, creo que muchas veces se subestima el coste de mantenimiento técnico: webs que se vuelven inmanejables por sobreoptimización o decisiones mal escaladas. Velocidad sin control no sirve de nada si no puedes mantenerla.
Ante la complejidad de los sitios web modernos, ¿cómo abordas la auditoría técnica SEO de manera eficiente para identificar los mayores puntos de mejora y no perderse en el detalle?
En webs modernas, sobre todo aquellas construidas con frameworks JS o con arquitectura SPA, parto de tres pilares: renderizado, arquitectura y rastreo real.
Primero, analizo cómo se sirve el contenido al usuario y a los bots: si el site es SSR, CSR o usa soluciones como hydration parcial o static rendering. Esto me marca el enfoque. No tiene sentido usar solo Screaming Frog si Google no está viendo lo mismo que tú ves en el navegador. Por eso combino renderizado con JS activado en herramientas como SF o directamente con logs y GSC para contrastar lo que Google realmente está accediendo y posicionando.
Después, reviso cómo se estructura la navegación: enlaces internos, paginaciones, y cómo se gestionan los cambios de estado o los filtros dinámicos, que suelen ser fuente de contenido huérfano o duplicado no evidente.
Y por último, me centro en el rastreo real: uso logs, análisis de crawl budget y segmentaciones para ver en qué zonas tienen una mayor actividad para Google y cuáles están más aisladas o mal priorizadas. Aquí es fácil perderse si no defines previamente qué patrones de URL o qué clústeres tienen peso de negocio.
La clave es tener una metodología modular, saber qué parte del site puede romper las reglas SEO clásicas y priorizar por impacto técnico real, no por número de errores. En sitios modernos, no se trata tanto de encontrar todo, sino de encontrar lo que realmente impide escalar el canal orgánico.
✍️ Contenido y UX
Con la creciente importancia de EEAT (Experiencia, Expertise, Autoridad y Fiabilidad), ¿cómo mides y optimizas la 'calidad del contenido' más allá de las métricas tradicionales de SEO?
Más allá del tráfico o los rankings, analizo si el contenido transmite experiencia real, si está respaldado por fuentes fiables y si resuelve de forma clara lo que el usuario espera encontrar. Y eso no siempre lo miden las métricas tradicionales.
Lo primero que evalúo es quién firma ese contenido y si hay señales claras de autoría, especialización y contexto. No todo tiene que llevar un autor con doctorado en la universidad de Harvard, pero sí debe transmitir legitimidad: por el lenguaje que usa, ejemplos, referencias o incluso tono con el que transmite. En sectores sensibles como salud, legal o financiero, esto es clave.
Después, reviso si el contenido aporta algo más allá de lo que ya está indexado: datos propios, casos reales, lenguaje claro, estructura útil, actualización reciente. Google premia lo útil, pero también lo diferencial. Ahí entran cosas como incluir FAQs reales, enlazar a fuentes reputadas o dar respuestas prácticas, no solo teóricas.
También valoro cómo se relaciona ese contenido con el resto del site: si se enlaza desde otras zonas clave, si tiene señales de confianza (comentarios, reviews, menciones externas) y si su rendimiento está alineado con el tipo de intención que resuelve.
Y por último, aplico un principio básico: si no lo firmarías tú públicamente o no lo compartirías con alguien que confía en ti, no está bien trabajado para EEAT.
Más allá de la velocidad de carga y la adaptabilidad móvil, ¿qué elementos de la experiencia de usuario consideras críticos para el SEO hoy en día, y cómo los implementas?
Hay tres elementos de experiencia de usuario que considero clave para el SEO hoy: claridad, foco y fluidez.
Claridad: la capacidad de un site para comunicar, en los primeros segundos, qué ofrece y para quién. Muchos sitios fallan porque no responden rápido a la intención del usuario. Aquí entran elementos como la jerarquía de contenidos, los encabezados bien pensados o los microcopy que acompañan la navegación.
Foco: evitar el ruido. Menos pop-ups, menos distracciones innecesarias y más contenido centrado en lo que el usuario realmente busca. Esto también es SEO: si un usuario rebota porque se pierde, no importa cuántos enlaces o datos estructurados tengas.
Fluidez: que el camino del usuario sea lógico y sin fricciones. Esto implica buena arquitectura, enlaces internos bien pensados, CTAs que no desubiquen, y un diseño que acompañe la lectura o la conversión sin forzarla.
🌍 SEO Local e Internacional
¿Cuáles son los factores más importantes para el SEO local en tu experiencia?
En mi caso, mi experiencia con el SEO local, ha sido desde la gestión de cientos o miles de ubicaciones como ocurre en el caso de las grandes marcas. Lo cual cambia mucho la operativa y aquello que realmente marca la diferencia está en la capacidad de escalar calidad, mantener consistencia y adaptarse al contexto local.
Para mí, hay varios factores clave:
Gestión masiva de fichas (GBP): no solo se trata de tener las fichas completas, sino de mantenerlas vivas. Aquí entra desde automatización de actualizaciones, gestión eficiente de reseñas con IA y workflows, hasta el uso correcto de atributos según vertical (banca, salud, retail…).
Arquitectura local del site: tener una estructura clara de ubicaciones, bien enlazada desde el site principal, con landings locales únicas y útiles. Evitar contenido duplicado y trabajar la entidad local de cada punto con información real: equipos, servicios, eventos, horarios dinámicos…
Contexto de autoridad local: enlaces desde medios y recursos locales, menciones en prensa regional, colaboraciones con instituciones o negocios de la zona. Esto no solo ayuda al ranking, sino a legitimar la presencia local de la marca ante la IA y Google.
Reseñas y reputación activa: no vale con tener buenas reviews. Lo importante es responder bien, de forma coherente con el tono de marca, y aprovechar la semántica de las opiniones para potenciar keywords, servicios y señales de confianza.
Datos estructurados locales y lógica de entidades: schema bien aplicado, marcando negocio, ubicación, horarios, empleados si aplica, etc. Pero también entendiendo cómo Google construye una entidad local: fotos, atributos, contenido social, prensa y coherencia de datos en todo el ecosistema online.
Monitorización y alertas a escala: si no tienes sistemas para detectar errores masivos (suspensiones, incoherencias, cambios de status), te puedes quedar fuera del juego sin darte cuenta. Aquí, la combinación de GMB API + dashboards personalizados es fundamental.
Herramientas como Partoo o Localistico, son clave para la gestión masiva de miles de localizaciones, cambios y actualizaciones en todas las fichas en GBP, alta en cientos de directorios locales y una gestión auto o semi automatizada de las reseñas, con la posibilidad de añadir un capa de IA para la gestión de respuestas.
¿Qué consejos darías a una empresa que quiere expandir su presencia SEO internacionalmente?
Lo primero que le diría a una empresa que quiere expandir su presencia SEO internacional es: no es solo traducir, es localizar con cabeza. El SEO internacional bien hecho implica entender el mercado local, adaptar el mensaje y la estructura web, y tener una operativa sólida detrás.
Mis principales consejos:
Empieza por priorizar mercados: no intentes atacar 10 países a la vez. Analiza demanda, competencia y capacidad operativa para establecer fases.
Define bien tu estructura internacional: subdominios, subdirectorios o ccTLDs. No hay una única solución válida, pero es clave que sea escalable y que Google lo entienda bien.
Hreflang bien implementado: parece básico, pero es uno de los mayores focos de error. Y no solo a nivel técnico, también a nivel estratégico: cuidado con lanzar páginas en inglés genérico para todos los mercados o traducir sin adaptar.
Contenido adaptado, no calcado: trabajar con traductores que conozcan el contexto local, adaptar keywords, intenciones de búsqueda y, sobre todo, aportar valor específico en cada mercado.
Linkbuilding y autoridad local: el posicionamiento no se gana solo desde la web. Hay que construir autoridad en cada país, con enlaces y menciones locales, medios regionales o partners estratégicos.
Equipo y recursos locales: si puedes tener a alguien nativo revisando, adaptando o simplemente aportando feedback, el salto de calidad es brutal.
Y algo fundamental: la internacionalización SEO no es sólo técnica, es operativa. Si no puedes dar soporte, vender o convertir en ese mercado, mejor esperar. Porque visibilidad sin capacidad real acaba siendo un gasto, no una inversión.
¿Cómo manejas los desafíos de SEO multilingüe y multi-país?
El SEO multilingüe y multi-país es uno de los escenarios más complejos que puedes afrontar, porque no se trata solo de idioma o traducción, sino de estrategia, arquitectura y capacidad operativa.
Lo primero es entender el contexto: ¿estamos hablando de un mismo idioma para varios países (como español para España y LATAM), o de idiomas y mercados distintos? Porque el enfoque cambia completamente según el caso.
A partir de ahí, me centro en tres pilares clave:
Arquitectura web coherente y escalable
Definir bien si vamos con subdirectorios, subdominios o dominios independientes según los objetivos, el branding, la autoridad del dominio y la capacidad de mantenimiento. No hay solución mágica, pero lo peor es improvisar o mezclar estructuras sin lógica.Hreflang bien implementado y controlado
Es uno de los puntos más críticos y más fallidos. Uso siempre validadores, mapas de relaciones hreflang y monitorización de la indexación para asegurar que Google sirve la versión correcta al usuario correcto. Y nunca doy por hecho que por estar bien implementado técnicamente, ya está funcionando.Localización real, no solo traducción
Desde las keywords hasta el tono, ofertas, servicios o incluso estructura de contenidos, hay que adaptar pensando en cada usuario local. Incluso aunque el idioma sea el mismo, la intención no siempre lo es (ej. “conducir” vs “manejar”, “billete” vs “boleto”)
A eso le sumo una capa constante de coordinación entre equipos (marketing, desarrollo, contenidos), uso de dashboards segmentados por mercado y análisis de cobertura e interacciones por país/idioma, no solo rankings.
📊 Medición y Análisis
Considerando los cambios en los SERPs y la atribución, ¿qué métricas SEO consideras verdaderamente accionables para demostrar el ROI de una estrategia?
En un contexto donde las SERPs están cada vez más fragmentadas con resultados enriquecidos, respuestas generativas con AI Overview, zero-clicks, y la futura llegada de AI Mode a España, las métricas clásicas ya no bastan para demostrar el impacto real del SEO. Por eso, me centro en métricas que conectan directamente con el negocio y que sean accionables, no solo informativas.
Estas son las que considero más relevantes:
Tráfico orgánico segmentado por tipología de página y mercado
No me interesa solo el volumen total, sino qué tipo de páginas lo generan (producto, marca, blog, local, etc.) y cómo se comportan según la intención del usuario.Conversión asistida desde orgánico
El tráfico que no convierte en primera visita pero que influye en la decisión es clave. A través de modelos de atribución más completos (GA4, BigQuery, herramientas de CRO), se puede medir el peso real del canal más allá del último clic.Visibilidad más allá del clic
No solo posiciones clásicas, sino presencia en rich snippets, People Also Ask, fichas locales de GBP, AI Overviews… y cómo eso deriva en clics, menciones o interacciones indirectas.Valor económico estimado del tráfico orgánico
Usar benchmarks de CPC para estimar cuánto costaría captar ese tráfico vía pago ayuda muchísimo a poner en valor el canal ante negocio. No es perfecto, pero sí muy útil para justificar la inversión.Tasa de crecimiento SEO frente al resto de canales
No se trata de ser el primero, sino de demostrar que el canal crece de forma sostenible y aporta recurrencia, algo que cada vez es más valorado frente a la volatilidad de otras fuentes.
Tiempo hasta resultado (time to value)
Especialmente útil para justificar el roadmap: cuánto tarda cada acción SEO en dar resultados y cuánto aporta cuando lo hace.
¿Cómo abordas la atribución en SEO, especialmente con el aumento de las búsquedas sin clic?
La atribución en SEO se ha vuelto cada vez más compleja, especialmente con el auge de las búsquedas sin clic. Cada vez es más habitual que el usuario obtenga su respuesta directamente en la SERP ya sea en un snippet, en una vista creada por IA (AI Overviews) o en un bloque de “People Also Ask”, lo cual hace que el clic deje de ser la única forma de medir impacto.
En este nuevo contexto, lo que intento es cambiar el foco: pasar de medir únicamente visitas a medir la presencia, influencia y el recorrido. Porque muchas veces el SEO no convierte en el primer contacto, pero sí condiciona la decisión final. Y eso, aunque no siempre se pueda rastrear con un solo clic, sin embargo, sí que se puede observar en patrones de comportamiento, búsquedas de marca posteriores, rutas multicanal o aumento en la percepción de autoridad.
También es importante entender que el valor del SEO no siempre se ve en un panel de analítica. A veces el impacto es más sutil, pero igual de potente: posicionar una respuesta en el momento exacto en que el usuario necesita confiar, aunque no entre a la web en ese instante.
Al analizar a la competencia, ¿qué señales buscas más allá de las palabras clave y los enlaces, y cómo transformas esos insights en acciones concretas para tus clientes?
Lo que más me interesa al realizar un análisis de la competencia es indentificar cómo estructuran el contenido, si entienden mejorla intención de búsqueda y cómo están construyendo autoridad. También observo qué tipos de resultados dominan (informativos, transaccionales, locales, generativos) y cómo estos se adaptan a la SERP.
Con esos insights obtenidos, los uso para detectar oportunidades no cubiertas, debilidades que podemos aprovechar y formatos que el usuario ya espera. El objetivo no es replicar, es superar con un enfoque de mayor calidad.
💡 Consejos y Reflexiones Finales
¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando en SEO hoy?
Le diría que no se obsesione con querer saberlo todo desde el primer día. El SEO es un canal muy amplio, cambiante y lleno de matices, así que lo importante es entender bien la base desde los fundamentos, practicar mucho y tener curiosidad constante. Que aprenda haciendo: creando webs, rompiéndolas, arreglándolas. Y que no se quede solo en lo técnico o en las keywords, sino que entienda al usuario, al negocio y cómo todo se conecta.
¿Cuál crees que es el mayor malentendido sobre SEO en la industria?
Pensar que el SEO va de “trucos” para engañar a Google o de aplicar atajos para posicionar lo más rápido posible. El SEO bien hecho es estrategia, contexto y trabajo a largo plazo. No se trata de seguir fórmulas mágicas, sino de entender al usuario, al negocio y cómo funciona la web por dentro.
Otro error común es medirlo solo por rankings o visitas, cuando en realidad el SEO debe medirse por impacto real en el negocio: conversión, visibilidad útil, recurrencia. El que busca atajos, suele acabar perdiendo el camino.
¿Cómo te mantienes actualizado con los constantes cambios en el mundo del SEO?
La clave está en estos tres pilares: lectura constante, experimentación propia y conversación con otros SEOs. Seguir newsletters como esta de Chuleta SEO, 10 links azules de Juan González Villa o Notas de SEO de Javier Flores son esenciales para mantenerte al día en este sector, pero a parte de leer y mantenerte al día, sobre todo le doy mucho valor a probar por mí mismo en webs propias o de prueba.
También aprendo mucho del contacto directo con compañeros del sector, compartiendo dudas, enfoques y aprendizajes. Al final, en SEO no basta con leer lo que dice Google; hay que validar, interpretar y adaptarlo al contexto real de cada proyecto.
¿Qué consejo le darías a un SEO que siente que su trabajo está siendo cada vez más automatizado por la IA? ¿Cómo pueden seguir siendo valiosos en la era de la inteligencia artificial?
La IA no va a matar al SEO, sino a transformar su rol. Las tareas más mecánicas pueden automatizarse, sí, pero eso abre espacio para que el SEO se enfoque en lo que realmente aporta valor: pensar mejor, conectar estrategia con negocio y tomar decisiones con criterio.
Para seguir siendo valioso, hay que entender cómo funciona la IA, cómo afecta al comportamiento de búsqueda y cómo podemos usarla para potenciar nuestro trabajo, no para replicarlo. El SEO que sepa interpretar datos, entender la intención del usuario y adaptar su enfoque a nuevos entornos como los buscadores generativos, va a ser más relevante que nunca.
¿A quién te gustaría destacar o recomendar del mundo del SEO?
Hay muchos profesionales brillantes en SEO, pero si tuviera que destacar a algunos, serían perfiles que no solo saben mucho, sino que comparten con generosidad, piensan con criterio y no se dejan llevar por el ruido.
Debo destacar a gente como Aleyda Solís, Fernando Maciá, Luis Villanueva, Carlos Sánchez Donato, Lino Uruñuela, Betlem Cardona, MJ Cachón y muchos más que son inspiración para mí en el día a día como SEO.
¿Recomiendas algún libro?
Sin duda alguna, “SEO. Técnicas Avanzadas: Las clave para ser los primeros” de Fernando Maciá, aunque tiene ya sus años y puede haber algunos conceptos que están obsoletos, sigue siendo clave para entender cómo funciona el posicionamiento en buscadores.
Estoy bastante de acuerdo en "que tener razón no siempre basta". Pero voy un paso más allá. En este trabajo estar al 100% seguro de que tú eres el que tienes la razón tampoco es sencillo. :)